Mi hermana esperando su turno para lanzarse.
Mi hermanita y una vecina, sentadas en la puerta de la casa de mi tía Lupe. En la calle O´higgins de Penco.
Todos los primos listos para la foto, mi hermana y yo compartiendo confidencias.
Esta casita del cerro fue el primer lugar donde vivimos los cuatro. Tengo pedazos de recuerdos, esos que están tan escondidos que parecen sueños. En la foto aparecemos mi hermana y yo.
Dentro de los hobbies que ha tenido mi papá. Estuvo el de ser fotógrafo, siempre hubo una cámara en la casa, pero al ser el fotógrafo oficial, las fotos que menos hay son las de él. Esta es mi favorita.
El negocio era de los juegos favoritos que teníamos con mi hermana. Nunca vendíamos nada a nadie pero teníamos todo listo para hacerlo. Las verduras eran pasto y las piedras eran las papas. A veces dibujábamos el dinero en pedacitos de papel.
Mi Lela es mi abuela que no es mi abuela, sino la mamá de uno de los mejores amigos de infancia de mi papá. Ella lo recibió como un hijo y a nosotras como nietas. Pienso que en ella encontró la figura materna amorosa que en su casa nunca tuvo. Era una de las personas que nos cuidaba después del colegio, nos enseñó a hacer manualidades y nos malcrió. En el patio tenía esta hamaca a la que siempre íbamos a jugar con mi hermana.
En esta época nosotros vivíamos en Penco, y viajábamos seguido a Cerro Alto a ver a la familia de mi mamá. Este lugar, para mí, una niña de ciudad, parecía campo. Siempre le decía a mis compañeros que la casa de mi abuelo era un cuarto de toda una manzana, así de grande me parecía. En el patio había una compostera gigante, otro espacio donde mi abuelo plantaba papas, choclos, alcachofas y algunas hierbas. Un taller donde hacía sus muebles de madera nativa y tejidos en ñocha. Un castaño con un columpio de cuerda, un sauce, maqui y una araucaria, que estaba justo entremedio de este jardín que cuidaba mi abuela. Tenía un pequeño cerco de madera, y una variedad enorme de flores de distintos colores, abarcaba justo la esquina de la cuadra. Aquí sale mi mamita, una de los ocho hijos que tuvo mi abuela.